Cuando uno habla del ciclo de nutrientes está haciendo referencia al movimiento y traslocación de los nutrientes dentro de todos los componentes que hacen al sistema ganadero; pasto, vaca y suelo. Si bien es algo que suena fácil, es algo complejo y simple a la vez.
No todos los nutrientes que están presentes en el sistema, se comportan de la misma manera ni tienen iguales características e interacciones con el medio, teniendo así cada uno a nivel individual un ciclado distinto.
A la hora de hablar de ciclos, se puede decir, en el caso de los nutrientes, que son ciclos abiertos, o ciclos cerrados. En el caso de los ciclos abiertos, la interacción de entrada y salida dentro del sistema se da de manera continua, mientras que en el caso de los ciclos cerrados, la interacción con factores externos al propio sistema, son muy pocos y eventuales.
Un ejemplo de cada uno de ellos, para entender la diferencia, es por ejemplo la interacción de los nutrientes en pasturas implantadas y en campos naturales. En los campos naturales donde el sistema suele estabilizarse solo, donde hay una gran cantidad de especies, que predominan según las circunstancias naturales y no por presión del hombre (en la mayoría de los casos), los ciclos suelen ser cerrados sin interacción por fuera.
En el caso contrario, las pasturas implantadas, en donde se introducen especies en donde el ambiente se ve relativamente forzado a adaptarse a la planta y no las plantas al ambiente, en donde se le introducen nutrientes por medio de fertilizaciones, etc, la interacción con el exterior es frecuente.
Si bien en las producciones todos los elementos deben estar en sus niveles óptimos, los nutrientes que predominan en la producción son el nitrógeno y el fósforo, y los que más protagonismo tienen en la interacción planta, suelo y animal.
El aporte natural de estos nutrientes en los sistemas pastoriles en donde la cosecha del mismo se hace a través del diente de la vaca y no por medio de una maquinaria, son las deposiciones atmosféricas y la fijación del nitrógeno por medio de simbiosis entre las leguminosas y ciertas bacterias. Esto se da principalmente con el nitrógeno ya que el macro elemento fósforo tiene poca o casi nula reposición natural.
Lo mismo sucede con su salida fuera del sistema. Al tratarse de un elemento inmóvil, es decir que tiene poco movimiento en el suelo y su pérdida por lavado es nula, la forma en la cual se reduce su contenido en el sistema es por medio de las plantas y de los animales.
Los fertilizantes, tanto orgánicos como inorgánicos, son una buena fuente de ingreso dentro del sistema, teniendo un mayor impacto en el caso del fósforo que es la única manera en la cual pueden aumentar sus cantidades dentro del sistema.
Si bien el aire que está presente en la atmósfera presenta porcentualmente una mayoría de nitrógeno, muchos organismo vivos, no tienen la posibilidad de usarlo y aprovecharlo bajo esta manera.
Existen algunos microorganismos que son capaces de convertir ese nitrógeno gaseoso N2, en amonio NH4, que es la forma en la cual las plantas lo pueden absorber y aprovechar.
Este grupo de bacterias hacen simbiosis con el grupo de plantas que componen a las leguminosas, no así con las gramíneas. Es por ese mismo motivo que es muy importante que las pasturas sean polifíticas, es decir, que tenga más de una especie y que sea lo más heterogénea posible, con especies de leguminosas y especies de gramíneas.
Cuando se habla de simbiosis se habla de un proceso, un acuerdo, que hay entre dos partes, en donde las dos se ven beneficiadas. En el caso de las plantas, se ven beneficiadas por que la bacteria le capta y le entrega el nitrógeno para que ella lo pueda aprovechar, mientras que la planta le da el soporte en sus pelos radicales como también así carbohidratos para que tengan la energía suficiente para cubrir sus necesidades vitales.
En el caso del fósforo, el uso del mismo por parte de las plantas que componen a la pastura o al campo natural, está dado por el crecimiento que tienen las mismas, que no es el mismo en todas las especies, en todas las condiciones, y en todas las estaciones del año igual. Esto está dado básicamente por las horas luz, la temperatura, la presencia de otros nutrientes, el manejo y la disponibilidad hídrica.
En los sistemas ganaderos en donde se tiene a la pastura como base dietaría para sus animales, el fósforo es clave, ya que por medio de las hojas y tallos de la pastura, se le provee a los animales la mayor cantidad de fósforo que necesita para su desarrollo. En algunos casos también se le da suplementos para que puedan ayudar y apoyar en este aspecto a la pastura.
La representación del fósforo en la dieta del animal se da de una manera más representativa en el caso donde el animal pastorea pasturas nuevas, que poseen una mayor concentración de fósforo que las pasturas que son más bien viejas.
Como se dijo anteriormente, el ciclo del fósforo es más bien cerrado y es por eso que tanto el orín como la bosta juegan un rol muy importante, para que parte de lo que el animal extraje del suelo a través de la planta, pueda ser devuelto al suelo. La distribución de las deyecciones de una manera homogénea y que sea devuelto en el mismo lugar de donde se extrajo, también es una variable que impacta mucho en el ciclo de este elemento, para que se mantenga en niveles adecuados, y la exportación del mismo sea lo más mínima posible.
El tipo de especies, el estado fenológico y el momento en el cual se la pastorea, también son variables que hacen a la reposición de este elemento. Plantas jóvenes, poco lignificadas, con una buena capacidad de descomposición, ayudan al ciclo del fósforo.
Entendiendo esto, se puede notar como el hombre puede, por medio del manejo, inferir de una manera benéfica en el ciclo de los nutrientes y que los mismos jueguen a favor de nuestra producción.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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