El tiempo que pasa entre el parto y el momento en el cual la vaca se preña nuevamente, es un factor muy importante que tiene un impacto muy alto en los índices productivos de los establecimientos ganaderos, independientemente si produce leche o carne.
Este intervalo que se conoce como IEP, intervalo entre partos, es uno de los índices, si no el más, importante dentro de las producciones ganaderas. El intervalo entre partos es justamente el tiempo que pasa entre que una vaca pare un ternero, y vuelve a parir otro. Un buen IEP en las producciones tanto de leche como de carne es de doce meses.
En el caso de las producciones ganaderas se debe a que se produce un ternero, por vaca por año, lo cual es el objetivo máximo del productor cárnico, y por el lado de las producciones de leche, lo que se logra con este intervalo es que la vaca produzca la mayor cantidad de leche posible.
Cuando el tiempo que pasa entre parto y parto es muy largo, hace que la rentabilidad del negocia disminuya, y en el caso de las producciones lecheras, este problema se agrava aun más, debido a que las glándulas mamarias de las vacas lecheras, disminuye cuando la misma entiende que, debido a estar vacía, no debe producir leche. A este asunto se le suma que los costos de producción aumentan, ya que esas vacas que no están produciendo leche o un ternero, están consumiendo alimento para mantenerse, el cual no están convirtiendo en el producto final, por el cual el productor va a ser remunerado, haciendo que el costo de la unidad de producción aumente.
Cuando este intervalo entre parto y parto se extiende de una manera considerada y más que lo habitual, las vacas tienden a acumular grasa de manera excesiva, ya que comen la misma cantidad de kilos de comida, pero gastan menos ya que sus requerimientos disminuyen. Este cumulo excesivo de grasa en el cuerpo hace que en el próximo parto la vaca tenga complicaciones a la hora de parir el ternero.
A su vez, cuando este intervalo es muy corto, y el periodo entre parto y parto es chico, la vaca no tiene tiempo de recuperarse, y si bien logra el objetivo de parir un ternero por año, arrastra el efecto negativo que le genera el esfuerzo de recuperar el estado corporal.
Si el animal no está en condiciones de quedar preñada, es preferible esperar a que recupere su estado ya que luego es muy difícil poder remontar correctamente su estado corporal.
En el caso de producciones lecheras ese periodo corto hace que la vaca no pueda recuperar correctamente el tejido glandular para poder producir buena cantidad y calidad de leche, que es en definitiva para lo cual el productor piensa la estrategia de un buen IEP.
Intervalos entre partos largos son causados principalmente por problemas en la dieta y falta de nutrientes en los animales y la detección de manera errónea los celos y no preñar a la vaca que está predispuesta a ser servida.
Como se dijo anteriormente esto trae gastos que no deberían hacerse en el mantenimiento de animales que no producen, maniobras operarias innecesarias y gasto en profesionales.
La endometritis es una enfermedad que está ligada a este tema del IEP, afectando la eficiencia de producción y reproducción de los rodeos ganaderos cárnicos y lecheros.
Si bien también está presente en los rodeos ganaderos con destino a carne, esta enfermedad afecta principalmente a los rodeos de producción lechera, y tiene una mayor incidencia en este tipo de producción, impactando en las funciones reproductivas.
Cuando la vaca pare y tiene endometritis, lo que sucede es que cuando pare al ternero, sufre una inflamación justamente en el endometrio. Cuando las vacas están en una situación y condición normal, tienen una alta resistencia y baja probabilidad a contraer infecciones uterinas en el momento en el cual no están en celo, ya que hay un incremento en la cantidad de células con función de defensa y mismo un flujo sanguíneo elevado.
Esta enfermedad está íntimamente ligada a la higiene al momento de ser servida y se expresa a causa del estrés al momento de parir.
Si bien como se comentó anteriormente, es una enfermedad de carácter importante ya que afecta directamente a la productividad del negocio, el mayor de los problemas es el mal tratamiento de la misma.
Es una enfermedad que bien tratada puede ser afrontada sin ningún problema, pero como se dijo anteriormente, el mal diagnóstico y el tratamiento no adecuado, hace que si sea una enfermedad que haga parar las orejas a más de un productor, haciendo que la misma en vez de ser un problema momentáneo y sin un gran impacto, se transforme en un problema crónico.
El tratamiento para la endometritis se le debe realizar a los animales en los cuales se observe una involución uterina y que se vea una pérdida de volumen justamente en el útero, que tengan a su vez fluidos en estado de descomposición, y sean expulsados hacia el exterior luego del parto pasados los cuarenta días del mismo.
Es clave determinar de manera correcta el estado de la vaca para poder elegir el tratamiento correspondiente y que el mismo sea exitoso.
Aquellos animales que estén afectados en cuanto a sus funciones respiratorias, con alta temperatura corporal, que a simple vista se los puede observar como que están decaídos y como tristes y que la producción individual de leche diaria decae de una manera significativa, deben ser tratados de una manera especializada poniéndole más foco y énfasis en su tratamiento ya que se puede tratar de algo más severo.
Se le puede suministrar a los animales que se ven afectados el medicamento correspondiente, para que a su vez haya una menor inflamación en el útero, es por ese motivo que también junto a esos medicamentos se le suministra algún fármaco que tenga funciones antiinflamatorias.
Gracias al avance científico e investigación, hoy en día no es un problema radical, pero no por eso es una enfermedad a la cual no se le deba dar importancia y estar atento a la misma.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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