La importancia de cubrir los requerimientos nutricionales de una vaca que tiene un ternero al pie

Cuando hablamos de rodeos de cría, estamos hablando de un rodeo que está conformado por muchas categorías de diferentes animales. La categoría más relevante dentro de este sistema productivo es la vaquillona y la vaca, ya que va a ser la encargada de gestar a toda la progenie de la producción. Además el rodeo completo está conformado por más de la mitad por esta categoría.

Dentro de esta división de categorías, existen diferentes requerimientos nutricionales por parte de cada una de ellas. Los requerimientos nutricionales mínimos que necesita cada una de las categorías para llevar a cabo la producción se lo conoce como requerimientos de mantenimiento.

Estos requerimientos son los mínimos que necesita el animal para cumplir sus funciones vitales, pero además de eso, necesita nutrientes para cumplir las funciones productivas.

A eso se le debe sumar los nutrientes que el animal necesita para justamente tener a disposición la comida y el agua, influida básicamente por las distancias entre las mismas y el tamaño de los lotes o de los potreros.

Se debe entender que tanto la vaca como el resto de las categorías van a estar en condiciones de producir adecuadamente cuando los requerimientos nutricionales básicos de mantenimiento estén cubiertos. Una vez que los mismos son satisfechos, recién ahí, con ese excedente los animales van a estar en condiciones de producir correctamente.

Esto puede no suceder en el caso de las vacas que tienen un ternero al pie y que están lactando, ya que en ocasiones, cuando las necesidades mínimas no están cubiertas, la vaca es capaz de seguir produciendo leche para que a su ternero no le falte alimento y pueda crecer correctamente y seguir con la continuidad de la especie. Esto no quiere decir que el productor deba jugar con esta variable ya que en este estadio la vaca pierde mucho peso y estado corporal, el cual es muy difícil de recuperar. Además va a suceder que la vaca entre en el ancestro y no quede preñada en el siguiente período de entore. Es clave mantener el estado a esta categoría durante el periodo lactante, ya que como se dijo anteriormente, es pan para hoy y hambre para mañana.

Si bien es muy difícil poder determinar con exactitud los requerimientos nutricionales individuales de cada una de las vacas que se encuentran lactando, es bueno poder hacer una comparación entre los requerimientos que existen entre una vaca que tiene un ternero al pie y otra que está seca, es decir, sin ternero mamando.

Aproximadamente se estima que una vaca consume el tres por ciento de su peso vivo en kilos de materia seca. Por supuesto que esto está determinado básicamente por el tipo de alimento que se le esté dando y la calidad del mismo. Pero en términos generales se puede decir que una vaca que está lactando y que necesita producir leche para darle a su ternero, necesita, en comparación a una situación en la cual ella estuviera seca, entre un cuarenta y un cincuenta por ciento más de alimento.

Entendiendo esto, uno puede suponer que a la vaca le es relativamente difícil, a niveles físicos y de volumen, ingerir esa diferencia de alimento. Es por eso que una buena alternativa para no forzarla a comer mucha cantidad, es brindarle el mejor forraje, de alta calidad que en “pocos bocados” pueda cubrir todas las necesidades; tanto las de mantenimiento como las de producción de leche.

Cuando no existe la posibilidad de darle pasto de muy buena calidad y lo único que se tiene en el campo es pasto malo, una alternativa es poder ayudarlas brindándole algún tipo de suplemento o grano.

Una vaca que consume forraje de baja calidad, además de necesitar mucha cantidad para poder alcanzar la misma cantidad de nutrientes, tiene el problema, que ese mismo forraje, es más difícil de digerir, por ende, con el rumen lleno, la vaca no va a estar en buenas condiciones de predisposición para ingerir más forraje.

Debido a todas estas cuestiones, lo que el productor debe conseguir es que coincidan los picos de los requerimientos nutricionales de la vaca con los picos productivos de pasto.

La gestación de una vaca dura doscientos ochenta días, y dentro de los siguientes ochenta y cinco días debe quedar preñada, para poder lograr el objetivo de parir un ternero al año, sumándole a que luego de parir tiene un periodo natural de anestro de cuarenta días; quedarían solo cuarenta y cinco días para preñarla.

El ciclo estral de la vaca está íntimamente ligado a los niveles nutricionales que tiene en ese momento. Es decir, malas condiciones nutricionales hacen que no se respete el ciclo, que es de veintiún días, y puede llegar a hacer que la vaca entre en anestro por un mayor periodo de tiempo. Esto está íntimamente ligado a la imposibilidad de preñarla y no lograr con el objetivo planteado de lograr un ternero por vaca por año.

En términos generales, en las especies forrajeras templadas, los picos productivos de pasto se dan durante el otoño y durante la primavera, disminuyendo respectivamente en los periodos estivales e invernales. Además de la cantidad, en estos periodos lo que difiere entre unos y otros es la calidad, dando los picos de la misma, en primavera y otoño.

Es decir, dependiendo los recursos forrajeros que tenga el productor en el campo, lo que le va a convenir es que la parición se dé en la primavera o entrando en la misma. Para que esto suceda el entore debe hacerse en enero y para que sea eficaz, las vacas tienen que estar en buenas condiciones corporales.

Es clave hacer un correcto destete, ya que cuando se desteta al ternero y se lo saca a la madre, la aliviana de una manera significativa, disminuyendo su necesidad de producir leche, y por ende, necesitar más nutrientes.

Se debe tener en cuenta que por un lado, durante los primeros tres meses los terneros dependen de la leche de su madre, y que en ese periodo la madre debe quedar preñada. Cuando el estado corporal de la vaca disminuye, ella entiende que no puede quedar preñada y entra en anestro, evitando la posibilidad de preñez.

Es por eso que es clave como productor, que en ese periodo, antes del parto y post parto, el alimento sea de excelente calidad.

Autor:

Piero Montelli

Director Gr-Global | Productor Ganadero

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