El objetivo con el cual se debe hacer un buen plan sanitario y armar protocolos para evitar cualquier inconveniente sanitario, es para tener animales sanos y producciones saludables.
Amén de todas las complicaciones que traen los problemas sanitarios, las pérdidas económicas por el mismo son muy grandes, si uno hace la sumatoria individual de cada uno de los establecimientos, se tiene un impacto a nivel nacional muy alto.
Como cualquier protocolo sanitario, se debe tener en claro primero el objetivo con el cual uno quiere hacerlo. Hacer análisis de los costos, ya que a veces es más caro el remedio que la enfermedad.
Se debe conocer de una manera segura las enfermedades que pueden afectar al rodeo de la zona en cuestión, conocer las vacunas o las formas de combatir las enfermedades, y las maneras que existen para prevenirlas o poder atenuarlas de alguna manera.
Buenos índices de sanidad impacta directamente en la productividad, eficiencia, y por ende, en la rentabilidad del negocio ganadero. Por un lado porque un animal sano no produce bien y por otro lado lleva mucho trabajo o trabajo de más para tratarlo. A su vez, los remedios y las vacunas son costosas.
Por otro lado, animales y producciones sanas, garantizan la posibilidad de abrir mercados en el exterior que generan mayor valor, mayor rentabilidad, y le da la posibilidad de una entrada de divisas al país. Países en donde son sabidos que las cuestiones sanitarias en las producciones no son buenas, tienen limitaciones a la hora de poder abrir mercados externos, y si el mercado se les abre, el precio puede ser castigado, hasta mismo el producto rechazado por el consumidor.
Se debe tener en cuenta que las cuestiones sanitarias empiezan a nivel individual en cada establecimiento, y que de esta manera el impacto se transforma en algo nacional. Es por eso que a nivel gubernamental es muy importante que se de apoyo a los productores para que tengan la posibilidad y la facilidad de tener producciones más sanas, ayudándolos desde alguna propuesta económica, hasta apoyo técnico que les enseñe de buenas prácticas.
La ganancia es para todos, tanto para los productores, como para el gobierno.
Rodeos con baja sanidad, son rodeos que tienen bajos índices de preñez y destete, y bajos índices de ganancias de peso diarias. Esto impacta directamente en el stock de animales a faenar y el stock de madres que van a dar la posibilidad de aumentar cada vez más la cantidad de oferta de carne.
El objetivo siempre está en primero poder abastecer al mercado interno y luego, el excedente poder exportarlo y agregarle valor. Si los índices a nivel nacional son bajos, el excedente es cada vez menor, impidiendo este beneficio de un valor extra y a su vez la entrada de divisas.
Las enfermedades reproductivas son las que más afectan a la ganadería y la que más impacto tiene en los resultados económicos.
Luego las enfermedades que afectan las muertes neonatales y las enfermedades parasitarias y diarreicas que hacen el bajo aumento de peso, son las que impactan también en la rentabilidad y la productividad.
Un buen análisis a nivel nacional, para saber donde es que se está parado, y cuáles son las enfermedades que más afectan, es clave para poder empezar a pensar en protocolos sanitarios que ayuden a que cada establecimiento a nivel individual tenga mejores índices que beneficien los índices nacionales.
Sin dudas buenos manejos sanitarios van a tener un impacto positivo en estas cuestiones.
En donde más se puede ver el impacto en cuestiones de tiempo, es en los rodeos que tienen como objetivo el engorde. Esto se explica porque con que cada uno de los animales que están con este fin aumente de manera ínfima su productividad, va a aumentar de manera proporcional el stock de carne. Es decir, si la productividad y la cantidad de carne producida aumenta en un 2 porciento, automáticamente en el mercado va a ver una oferta del dos por ciento más, abriendo la posibilidad a lo que se dijo anteriormente, de poder cumplir con la demanda del exterior, que es la que mayor remuneración suele dar.
Lo mismo sucede en el caso de las vacas de cría, pero para que el impacto se vea, debe pasar un tiempo determinado, y que el ciclo se cierre, y de esa manera, poder ver un aumento en el stock de vientres.
No hay planes sanitarios únicos que encajen en todos los países y en todas las producciones. Hay tantos planes como producciones. La clave es poder hacer uno que tenga el mayor alcance posible y la mayor representatividad en los productores argentinos.
Para esto se debe hacer un estudio de la probabilidad de ocurrencia de cada una de las enfermedades, el motivo por el cual aparecen, qué impacto tiene, y hacer un correcto análisis que explique que el beneficio es mayor que el propio costo de combatirla.
El riesgo de cada una de las enfermedades también se lo debe estudiar para poder darle prioridad a cada una de ellas, y ver a cual se le pone el foco primero.
Por otro lado, se debe conocer el objetivo del plan, es decir, no todos los planes sanitarios son para lo mismo. Hay algunos planes que sirven para prevenir, otros para controlar y otros para combatir o erradicar.
El estudio de cada una de las enfermedades es importante justamente por este motivo. Si la enfermedad no existe pero por una razón, ya sea por cuestiones de mercado y restricciones de exportación, se quiere evitar ante cualquier eventualidad que la enfermedad aparezca, el plan sanitario que se debe tomar es uno de prevención.
Si la enfermedad está en el país, con un impacto moderado que no afecta de una manera brutal a la producción, pero se la quiere controlar y evitar que se expanda más de lo que está, o limitar regiones, se hace un plan sanitario de control.
Si la enfermedad se encuentra en el país pero se la quiere directamente erradicar, el plan sanitario va a estar enfocado en que ningún establecimiento la tenga.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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