El objetivo de todo ganadero que se dedica a la producción ganadera, específicamente a la cría, es poder lograr destetar un ternero por año por vaca.
Hay un montón de factores que hacen que esto no suceda, y otros tantos que se pueden mejorar para que la eficiencia productiva sea mayor. Capacitar al personal, explicarle lo que debe hacer y porque lo debe hacer, que entienda por sobre lo que está trabajando es importante.
Por lo general la parte administrativa y de decisiones las lleva a cabo el mismo dueño o el personal que se encuentra en las oficinas. La parte más operativa como es el manejo de la hacienda, los partos y todas las cuestiones que tengan que ver con el trabajo “duro” a campo la hacen los peones.
Siguiendo con lo mencionado anteriormente, para lograr una buena productividad, poner el foco en la capacitación de los peones, es clave, y pocos productores le ven la importancia a ello.
Hacerles entender cómo son los ciclos y los celos de la vaca, el servicio y entore, como es que la vaca gesta el ternero, que precauciones hay que tener a la hora del parto, etc. son cuestiones que pueden ayudar a un mejor trabajo operativo.
Con respecto al celo, las vacas son animales que entran en celo todo el año, con una periodicidad de, en promedio, con un desvío de cuatro días, cada veintiún días.
Esto es muy importante saber ya que significa que una vaca puede ser preñada durante todo el año, sin importar la época y por cuestiones operativas y productivas, no queremos que esto suceda. Si no más bien lo que se busca es que esto suceda en una época determinada y con todo el grupo, no casos aislados, para hacer un mejor manejo.
Hay maneras visuales que uno le puede enseñar a los peones para que se den cuenta cuando una vaca o vaquillonas está en celo o no.
Cuando las vacas se encuentran en el estro, tiende a mover la cola de una manera más tosca, se le puede ver en la vagina una secreción mucosa y el lomo en forma de “u” invertida. La manera más fácil de darse cuenta es cuando se queda quieta a la hora de intentar montarla, independientemente si es efectivamente un toro u otra vaca.
Una vez que la vaca queda preñada, deja de estar en celo. La gestación bovina dura más o menos 283 días desde el día en el cual fue montada, o inseminada. Los días de gestación suelen variar entre razas, siendo las indicaciones un poco más extensas en su periodo y las británicas más precoces.
Una vez que la vaca entró en celo, fue montada o inseminada, fecundada y paso el periodo de gestación, llega el momento del parto. La vaca pare al ternero cuando el mismo, ya cumplió todas sus maduraciones correspondientes para poder sobrevivir en el medio externo.
Esto no significa que no vaya a cambiar, en el post parto, algunas cuestiones físicas y hormonales.
La progesterona, es una hormona que regula las contracciones del útero. Mientras que esta esté presente, el parto no va a generarse ya que las contracciones son nulas. Una vez que otras hormonas empiezan a aparecer, como el estrógeno, la contracción se ve estimulada y es cuando efectivamente comienza el parto.
Cuando el animal empieza a crecer y generar una suerte de incomodidad interna en la vaca, hace que la misma entre en estrés, y esto desencadena en el cambio hormonal mencionado anteriormente. El ternero cuando “entiende” que está preparado para salir, también ayuda a que se segregan las hormonas que estimulan al parto.
Todo esto no sucede de un día para el otro, sino que veintiún días antes del parto y se pueden ver algunos signos a la vista y es importante que quien se va a dedicar a cuidarlas durante el parto pueda darse cuenta con anticipación para estar preparado como corresponde.
Lo primero que se puede notar es que le crecen las ubres, para que puedan llenarse de leche y amamantar al ternero con la cantidad suficiente del fluido para que se pueda desarrollar de manera correcta. Se la puede ver a la vaca también caminando de una manera distinta a la normal, como arrastrando las patas traseras. Esto se debe por que empieza a relajarse toda la zona anterior de la cadera, anticipándose al parto. También puede verse la vagina dilatada, ya que el canal de parto empieza a agrandarse para que el ternero pueda salir de una manera correcta.
Hay varios factores que afectan al inicio del parto, es decir la fecha en la cual va a suceder. Estos factores pueden ser exógenos a la vaca y que tienen que ver con el ambiente en el cual se encuentran y otra con cuestiones más bien internas.
Algunos creen que el estado de la luna, dependiendo del estado en el que esté, puede llegar a afectar al momento de parir, pero son cuestiones que científicamente no están comprobadas. Cuando las vacas cambian de lugar, también tienden a retrasar su parición.
La falta de alimento también puede ser un factor que afecte a la hora de que la vaca adelante o retrase el parto.
De todas maneras, quien se encarga de dar la señal de parto, es el ternero. Lo nombrado anteriormente respecto al lugar y lo que esto genera en la madre, también es algo que afecta al ternero y hace que el mismo libere hormonas, que le avisan a la madre que está listo para salir, que va a sentirse más “cómodo” afuera que adentro.
Al momento de la parición, lo que va a suceder es que, a causa de estas hormonas, el útero va a empezar a generar las contracciones necesarias, junto con los músculos abdominales para que el ternero sea expulsado al exterior.
Las etapas en las cuales esto sucede son tres y están bien definidas. Primero cuando se dilata el canal uterino, luego cuando efectivamente el ternero sale de la vaca y el otro la secundinación.
La secundinación es cuando la vaca libera la placenta al exterior.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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