Como es sabido, uno de los principales motivos que hacen que las vacas de cría no puedan cumplir el objetivo de parir un ternero por año, es la mala alimentación. Cuando una vaca que tiene al ternero mamando tiene problemas relacionados con la fertilidad, seguramente el motivo del problema sea la mala alimentación y la baja calidad nutricional de la dieta que se le está suministrando.
La vaca al tener al ternero al pie, además de mantener su estado corporal y sus funciones vitales, debe producir leche para que el ternero pueda crecer y desarrollarse como es debido. Es por eso, que durante este momento la vaca tiene altos requerimientos nutricionales, que si no son cubiertos por medio de la dieta, se pueden producir problemas como los nombrados anteriormente de fertilidad y bajo porcentaje de preñez dentro del rodeo.
Al tener problemas nutricionales la vaca no entra en celo porque entiende que no está en condiciones como para, además de darle de mamar a un ternero, empezar a gestar otro.
Si bien todas las vacas sufren por problemas de déficit nutricional, las vacas que más sufren cuando escasea el alimento son aquellas vaquillonas que paren por primera vez, si se las compara, bajo la misma situación, con las vacas que ya tienen más experiencia en la cría de terneros. Las vacas que más sufren también son aquellas vacas CUT (cría del último ternero) que son vacas viejas a las cuales les cuesta mucho más reponerse ante una eventualidad de mala alimentación.
En esta última categoría, cuando sufre este tipo de problemas, es algo que no debe preocuparle mucho al productor ya que son vacas que están más cerca de irse del campo que de quedarse en el campo. Si debe preocuparse cuando se trata de las vaquillonas de primera parición, en donde se supone que van a estar un tiempo largo en el campo y deben estar en óptimas condiciones durante toda su vida útil para que sea un animal eficiente y que produzca terneros a un bajo costo.
El mayor de los problemas a la hora de que la vaca no se vuelva a preñar por cuestiones de estado corporal, no es el alto costo que genera el hecho de tener que mejorar su estado corporal y todo lo que eso conlleva, sino que cuando la vaca tarda en volver a quedar preñada y el periodo entre parición y preñez es largo, la próxima parición va a estar desfasada en el tiempo con el resto del rodeo, haciendo que el manejo sea complicado, y que los requerimientos de los animales no estén alineados, generando problemas en los requerimientos del animal y la oferta del alimento, repitiendo así el ciclo que provocó que esto suceda.
Por el contrario, si se hacen las cosas de la manera correcta, las vacas deberían parir todas en el mismo momento, estando alineadas en cuanto a sus requerimientos y manejos, haciendo mucho más eficiente los laboreos y los suministros del alimento.
Cuando el alimento es aprovechado correctamente las vacas van a poder tener el excedente necesario para producir buena calidad de leche y amamantar como corresponde a los terneros, sin tener que rescindir su estado corporal y estar en óptimas condiciones para ser preñada nuevamente, aumentando los índices de preñez del rodeo, algo clave para rentabilidad del negocio de la vacas de cría.
El comportamiento de la producción de leche de la vaca madre está íntimamente ligado al alimento al cual está sometido, tanto en cantidad como en calidad. En los sistemas pastoriles, en donde el principal insumo es el pasto, y la oferta de mismo no es igual durante todo el año, siendo el otoño y la primavera los periodos de mayor oferta y el invierno y el verano los de menor oferta, el asunto de la sincronización de la parición que se comentó anteriormente, es clave para que la demanda del rodeo encaje lo mejor posible con lo que el campo puede suministrar.
La curva productiva de la leche, lo que se conoce como curva de lactancia, está dada básicamente por el periodo en el cual la vaca tiene la necesidad de producirla, y es por eso que no existe una única curva de comportamiento lactante.
El pico de la curva se va a ir corriendo según la época, siendo que cuando la vaca empieza a producir leche en noviembre, el pico se va a ver en el primer mes y si es en septiembre, el pico se va a ver más tarde, recién a los dos o tres meses. Esto se debe al momento en el cual también se encuentra el pico de producción de kilos de materia seca diarios de la pastura.
La lactancia está altamente relacionada con la calidad del forraje, si bien la cantidad es algo importante, la calidad es la que mas castiga a la producción de leche. Por más que se le de grandes cantidades de comida, si tiene mala calidad nutricional y no cumple los requerimientos que la vaca necesita, no va a producir la leche suficiente para amamantar correctamente a su ternero.
La fertilidad del rodeo es importantísima, no solo porque afecta directamente al índice de preñez y por ende a la rentabilidad del negocio, sino que como se dijo anteriormente una alta fertilidad va a hacer que las vacas queden preñen todas juntas y paran todas juntas en el mejor momento de oferta de pasto.
Este momento de la parición va a afectar no solo a la curva de lactancia, sino que también a la cantidad de leche. Si la vaca pare dos meses antes del momento en el cual las pasturas producen su mayor cantidad de pasto, las vacas van a producir leche sin ningún problema y de manera homogénea, pero al final del ciclo la cantidad de la misma va a ser baja, mientras que si se sincroniza el parto con el pico de producción de pasto, además de ser homogénea, la cantidad de leche al final del ciclo, va a ser mayor y por ende, un mejor ternero con un mejor precio individual.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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