Si bien la producción ganadera con fines cárnicos es la más reconocida en la Argentina, la producción de leche también tiene un rol muy importante dentro de la producción pecuaria.
Dentro de las razas que más se utilizan en el país, son la Holando Argentino y la Jersey.
La Holando Argentina es la que más se conoce y la que, por su aspecto, más remonta a alguien, cuando se habla de una vaca lechera.
Hace muchos años, había una raza que era conocida por tener un promedio de producción de leche superior al de la media. Cuando cae el Imperio Romano, muchos productores fueron obligados a correrse de sus zonas productivas y migraron para lo que hoy se conoce como los Países Bajos; Holanda.
A partir de esta genética, fue que se empezó a hacer las selecciones y desde donde se llegó a lo que hoy se conoce como raza Holando.
La formación determinante de esta raza se empezó a dar en los Estados Unidos, cuando se introdujeron en ese país algunos ejemplares provenientes de Holanda. Formalmente se funda la Asociación, en donde se empieza a llevar y a guardar toda la información genealógica de los animales inscriptos, haciendo que la raza tome forma y protocolos genéticos que hacen a una linealidad en la sangre. A partir de ese momento, se determina el tipo de raza.
Cada uno de los países que trabajaban con esta genética fue adaptando a la raza según el ambiente y la cultura de cada uno de los países. Argentina no es la excepción, generando su propio biotipo y adaptándolo a su ambiente y manejos, para que tengan la mayor eficiencia productiva posible.
El Holando Argentino, es un animal que tiene un porte y un frame grande, con un desarrollo en cuanto a tiempos normales, con una estructura firme y con los músculos poco desarrollados, haciendo que sean animales a la vista más bien huesudos.
Se puede notar que su anca termina en punta, debido a la exposición de sus huesos, con una ubre muy desarrollada y grande. Su pelaje es tobiano bien definido, blanco y negro. Es el típico pelaje que a uno se le viene a la mente cuando se habla de una vaca lechera.
Sus extremos, las patas, manos y cola, son siempre de color blanco, sin tener presente en esas partes ninguna mancha negra.
Es una raza que tiene cuernos, de tamaño mediano y en comparación al resto de las razas que se utilizan en la argentina son de un peso que está por encima de la media.
Si bien son animales que producen grandes cantidades de litros de leche por día, también son animales con cierta exigencia, tanto en el ambiente en el cual se produce, como también con la calidad del alimento y de las pasturas en las cuales pastorean.
Con respecto a la calidad de su dieta, si bien es la que más produce en cuanto a cantidad de leche, en cuanto a la cantidad de grasa butirosa es la que menor porcentaje tiene, con un promedio del 4 por ciento.
Al no tener un pedigrí abierto, las vacas tienen que ser tatuadas y también se les saca una foto del lado izquierdo, para identificarlas por mancha. De esta manera son fichadas y una persona especializada la clasifica o no para que sea registrada.
Esto no quiere decir que las que no sean aceptadas no puedan permanecer en los tambos en los cuales se encuentran produciendo.
Existen algunas variaciones en la raza en donde a la vista se puede detectar que son vacas mochas, es decir, que no tienen cuernos, como así también el cambio del color del pelaje. El color negro de las manchas es sustituido por el colorado, haciendo que el animal tenga la capacidad de adaptarse a zonas en donde las temperaturas son más elevadas y en donde el animal de color negro la tendría más complicada.
La otra raza más difundida dentro del país, como se comentaba anteriormente es la raza Jersey, que tiene origen principalmente en Inglaterra.
Son animales que tienen unos cuernos poco desarrollados, más bien chicos, de color negro en las puntas, al igual que sus pezuñas que tienen el mismo color. Tienen un porte fino si es que uno lo ve de frente, como también lo son sus extremidades. Al igual que el Holando Argentino tiene las ubres de gran tamaño y con un muy buen desarrollo.
Si bien en todo el mundo los pelajes son diversos en la raza, en la Argentina los ejemplares tienen un color más bien cremoso, bayo, como también amarronados y grises.
Las partes que no están expuestas al sol, como son la parte de debajo de la panza, las ubres y las partes internas de los músculos, tienen un color más claro respecto al resto del cuerpo.
Lo mismo sucede con el pelaje entre los machos y las hembras, en donde las hembras tienen un color más apagado que el de los machos.
Tienen un frame mucho más chico que el resto de las razas, y por ende un peso final menor.
Si bien se los considera animales sensibles, tienen cierta rusticidad y poder de adaptación, pero no aceptan campos en donde el forraje escasea y mismo donde hay extremidades en cuanto a la temperatura, tanto de calor como de frío.
Produce en cuanto a cantidad menos litros de leche que la Holando Argentino, pero si uno tiene en cuenta su tamaño y por ende su consumo de alimento, la producción se la podría considerar como muy buena. En contrapartida a la raza nombrada anteriormente, en cuanto a la calidad, posee un alto porcentaje de grasa butírica, que ronda entre el 5,5 por ciento y el 6,5 por ciento.
A pesar de no producir grandes cantidades de leche por individuo, es una raza muy buscada debido a su contenido de grasa butírica. En Nueva Zelanda, uno de los países que mayor leche produce, también es utilizada por este mismo motivo.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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