Estrategias de alimentación para terneros. Creep grazing.

La ganadería vacuna se desarrolla en la mayoría de las regiones de nuestro país. Dependiendo de las particularidades de cada una de ellas, pueden realizarse las tres etapas (cría, recría y terminación), dos de ellas o solamente una. En general la actividad de cría queda acotada a zonas con limitaciones por clima (sequias o inundaciones recurrentes principalmente) o de suelo (fertilidad física y/o química afectadas). Estas limitaciones condicionan el desarrollo de aquellos recursos destinados a la alimentación, tanto en calidad como cantidad, impactando de forma negativa en los aspectos productivos y reproductivos. En el primer caso afectando las tasas de crecimiento y desarrollo y, en el segundo caso, parámetros tales como el porcentaje de preñez y destete, los cuales se reducen significativamente. 

Con la implementación de tecnologías y estrategias de manejo y alimentación desarrolladas y probadas puede mejorarse el estado corporal y también el desarrollo de las crías y de los vientres, lo cual redunda en mayores eficiencias en el próximo ciclo.

Las principales estrategias de manejo y nutrición son el creep feeding, creep grazing y el destete anticipado o precoz (dependiendo de la edad del ternero/ al realizarlo). Como diferencia principal puede decirse que los dos primeros no implican separar el vientre de la madre como si lo implica una técnica de destete. Las dos primeras tecnologías difieren entre si según cual sea el alimento que se provea a los terneros/as al pie de la madre. En el creep feeding, estos tienen acceso a concentrados proteicos y/o energéticos, el cual se suministra en estructuras especiales tipo comedero trapezoidal. En el segundo caso, el acceso es a forraje de mayor calidad al que consumen las madres. Tanto un sistema como el otro tienen como objetivo lograr un alto impacto en el ternero favoreciendo el crecimiento y el desarrollo y, consecuencia de la menor demanda por parte de la cría mejorar el estado nutricional de la madre y la mejora en los aspectos reproductivos. 

En el caso del destete, el objetivo primordial es la recuperación de estado por parte del vientre ya que se elimina al cortar la lactación la demanda que dicho proceso fisiológico tiene sobre el organismo y el consumo que tenga la vaca se destina exclusivamente a la recuperación de la condición corporal. En caso de mantener los terneros debe presupuestarse el alimento de calidad (considerando el incipiente desarrollo del rumen). Caso contrario es conveniente la venta para que no pierdan estado.  

Características del creep grazing

El nombre deriva del juego de palabras conformado por la palabra creep (arrastrarse) y grazing (pastorear). Los terneros pueden acceder a recursos forrajeros que las madres no pueden acceder al mismo tiempo que estos. Generalmente la barrera para el acceso limitado se establece mediante alambre eléctrico de un hilo a una determinada altura que no impide que pase la cría por debajo, pero si limita el paso de la vaca. Al ofrecer material de mayor calidad y cantidad a los terneros que a las madres, estos maximizan el consumo de materia seca digestible. 

Si se lo compara con el creep feeding, este reduce los costos ya que la dieta está basada en forraje y no en concentrados. A su vez, al poder seleccionar la parte del forraje que consume por el acceso restringido, la calidad de la dieta es superior. También a lo anterior se agrega que se logran mayores pesos al destete producto que se suma al consumo de forraje de calidad, el aporte de la leche que continúan consumiendo.   La necesidad de restringir el acceso al forraje para las madres se debe a que, en la competencia, los terneros no pueden competir por efecto de la dominancia. En situaciones de limitantes del forraje que consume la vaca, esta estrategia tiene mayor impacto (respecto a no realizarla) aún ya que compensa en parte la menor producción de leche. Cuando no hay limitaciones en el forraje de calidad ni cantidad, las ventajas de implementar esta estrategia son nulas o mínimas por lo que no se recomienda. Esta recomendación también se sustenta en la simplicidad del manejo de los animales ya que el creep grazing conlleva un manejo diferencial.   

Diferentes trabajos concluyen que los terneros que resultaron de esta herramienta registraron un mayor peso al destete (entre 25 y 30 kg/cab.) comparados con aquellos animales que permanecieron al pie de la madre, pero sin acceso a un forraje diferente de mayor calidad. Por otro lado, se sugiere su implementación en vacas de primera parición ya que entran al segundo servicio (uno de las más críticos) con una mejor condición corporal.   

Es importante destacar que, en la mayoría de los casos, es necesario que se incremente la carga con este sistema. El incremento de carga modifica la producción de carne por hectárea aumentando la eficiencia productiva. De igual manera, si esta carga no se modifica, las ventajas se ver representadas por un mejor estado corporal y mayor ganancia de peso diario en los terneros. Estos dos resultados son deseables muchas veces porque se relacionan con un mejor desempeño en la etapa de recría y engorde.  

Implementación 

Para poder implementar el creep grazing se cuenta con diferentes alternativas, siendo la más conveniente modificar la altura del alambrado eléctrico mediante una vela asegurando que la misma no permita el paso de las vacas o, en caso de hacer un alambrado doble, tomar la altura del alambre superior a una distancia del suelo que permita que los terneros o terneras pasen libremente y, al momento de cerrar la parcela agregar el inferior.  En cuanto al ingreso a la nueva parcela para pastoreo, primero deben ingresar las crías para poder seleccionar el forraje de mejor calidad y posteriormente, los animales adultos para realizar un pastoreo completo del material disponible. A su vez, esta modalidad de pastoreo de despunte y defoliación completa, facilita la limpieza de la parcela implicando un menor uso de la desmalezadora.   

Conclusiones

Para el logro del éxito de esta estrategia es necesario que se ajuste a la realidad de cada empresa y del compromiso para implementarlas y llevar a cabo las modificaciones que puedan requerirse. Deben considerarse los recursos humanos, la infraestructura, la calidad de los forrajes verdes y los recursos económicos y financieros.