Empaste en Bovinos

Las vacas son animales poligástricos, esto quiere decir que tienen más de un estómago con diferentes funciones individuales. En el caso de los bovinos, son cuatro. El Rumen, el retículo, el omaso y el abomaso. 

El empaste, también conocido como meteorismo espumoso, es una alteración en el tracto digestivo, generando una acumulación excesiva de gases en el rumen y el retículo.

Si bien es normal que durante el proceso de fermentación ruminal se generan gases como el metano y el dióxido de carbono, cuando un animal presenta meteorismo, lo que sucede es que se formen unas burbujas espumosas que hacen que estos gases no puedan ser expulsados por medio de los eructos y queden retenidos en el estómago del animal.

Esta retención de los gases hace que a simple vista uno pueda ver del lado izquierdo (mirándola desde atrás) una hinchazón pronunciada. Esto se debe a que de ese lado se encuentra el rumen.

Dependiendo de la gravedad de la enfermedad es el grado de hinchazón, en casos muy severos no solo al flanco del lado izquierdo se lo ve hinchado, sino que también al flanco derecho. 

Esto genera o puede llegar a generar la muerte del animal; el rumen al expandirse aprieta el diafragma y complica la correcta respiración y circulación sanguínea.

Los síntomas pueden aparecer rápidamente. Además de ver su estómago hinchado se puede notar que el animal esta incomodo y deja de comer, defecando y orinando con una frecuencia mayor a la normal. Avanzada la enfermedad, se echan al suelo aumentando la posibilidad de mortandad.

El motivo por el cual esto puede suceder es por la ingesta de pastos que tengan alto contenido proteico y baja cantidad de fibra. Esta combinación genera que haya una fermentación ruminal acelerada.  

Los pastos que comúnmente generan empaste son las leguminosas, ya que tienen sustancias que tienen la posibilidad de producir gran cantidad de espuma estable.

El pastoreo en pasturas de leguminosas puras hace que el riesgo de empaste sea mayor, es por eso que se recomienda que la base de la pastura no sea sólo leguminosa, sino que tenga una mezcla con gramíneas, y que estas superen el 50% de la composición forrajera, o con algún rollo o fardo que tengan alto contenido de fibra.

Un animal que entra con hambre a un lote de, por ejemplo, alfalfa pura, tiene grandes posibilidades de que esto suceda.

Si bien hay muchas maneras de prevenir que esto suceda, y son realmente efectivas, no se puede eliminar la posibilidad de empaste por completo o con una eficacia del 100%.

Los métodos deben acoplarse a la situación o capacidad operativa del campo y alguno de ellos son:

-alta carga para evitar la selección de las partes más tiernas y que coma el resto de la plata para que consuma más fibra y tenga una buena relación hoja/tallo.

-pasar la desmalezadora y cortar el forraje del lote al cual se va a entrar a comer al día siguiente o por la tarde para que se marchite.

-colocando algunos productos anti espumógenos que intervengan en la flor ruminal, modificando la fermentación.

-evitar el uso de pasturas de leguminosas puras y lograr mezclas forrajeras que tengan más del 50% de gramíneas.

-ayudar en la suplementación con algún rollo o fardo para proporcionarle fibra.

-evitar que entren con hambre excesiva a la siguiente parcela.

-aplicar algún desecante en la pastura para que se marchite.

-pastorear las leguminosas “pasadas”.

Si el animal se empasta, y la enfermedad avanza, la muerte se puede ocasionar en menos de una hora, es por eso que es importante mirar a los animales durante veinte minutos cuando uno hace el cambio de parcela o ir a mirarlos más tarde luego de un cambio. Esto hace que uno ni bien observa los síntomas, pueda actuar de manera inmediata.

Algunas de las cosas que se pueden hacer en caso de empaste son:

-darle al animal algún producto anti empaste, sin importar si es por medio de vía oral o intrarruminal.

-estimular a que caminen y que no se echen, para facilitar la expulsión de los gases.

-Sacar inmediatamente a todos los animales de la parcela y dejarles a disposición pasto bien seco y alto contenido de fibra.

-en caso extremo, punzar o clavarle un cuchillo en el rumen así puede expulsar la espuma y los gases.

La alfalfa, conocida como la reina de las leguminosas, es una de las principales causantes del empaste en los bovinos. Si bien es sabido que es un forraje de excelente calidad y clave para mejorar la condición corporal de los animales y el aumento de peso, el manejo debe ser apropiado para que no genere meteorismo ruminal.

Cuando empieza la primavera, las tasas de crecimiento de la alfalfa aumentan de manera exponencial y empiezan a mostrar su potencial productivo. Es en esta estación donde uno debe aprovecharla al máximo y lograr la mayor cantidad de reservas posibles.

El rebrote en esta época es acelerado y es en este estadio, donde la planta tiene el menor contenido de fibra en relación a la proteína; es ahí cuando el riesgo de empaste es mayor. 

Lo ideal para el manejo de la alfalfa es lograr un equilibrio entre pastorear la mejor calidad con la mayor eficiencia posible y asegurar una reposición suficiente de reservas en las raíces para tener una pastura que perdure a lo largo del tiempo. Lo que se recomienda es hacer los pastoreos cuando la planta tiene entre ocho y diez nudos cuando entra la primavera, con un 10 a 25 % de floración cuando está más avanzado el ciclo.

Cuando la alfalfa es pastoreada, el rebrote basal es ocasionado por las yemas que se encuentran en la corona de la planta, dando lugar a los tallos principales y secundarios, pero también el rebrote en las plantas adultas puede surgir de los tallos de las plantas, y este es el que en muchas ocasiones puede producir el empaste. 

Recorrer el lote para observar los brotes es importante para su prevención.

Autor:

Piero Montelli

Director Gr-Global | Productor Ganadero

pm@gr-global.com.ar