El rol de la soja en la dieta de los bovinos y las características de esta leguminosa

La Argentina es conocida mundialmente por la cantidad de toneladas que produce de soja y su crecimiento fue exponencial en los últimos años. El principal objetivo de lo producido tiene ojos en el exterior pero eso no quiere decir que ese sea su único destino. Hay parte que se utiliza para el mercado interno y uno de sus usos es como complemento en la dieta de los bovinos.

Algunas razones, a priori, por la cual la soja puede ser destinada a convertirse en carne en el campo puede ser por ejemplo que por cuestiones climáticas no se pudo entrar al lote a levantarla y no queda otra que entren los animales para hacerlo, o mismo por que el cultivo durante su periodo de crecimiento fue afectado, por ejemplo, por una seca y no se desarrolló lo suficiente, produciendo poco y haciendo que el costo de cosecha sea más alto que el valor del mismo producto.

Otra razón puede ser que el poroto de la soja salió con muy poca calidad lo cual le quita precio en el mercado y se lo paga muy poco, teniendo como opción el convertirlo en carne y que tenga mas valor. 

Es muy común que en los campos, a pesar de las propias limitantes que tiene, se rastrojero los restos que quedaron en el post cosecha para que las vacas aprovechen al máximo lo que quedo en el campo tirado y que no pudo ser levantado y comercializado.

La soja, es una leguminosa que genero un “boom” en nuestro país, por que se avanzo muchísimo con las tecnologías a utilizar para sembrarla, no solo maquinaria sino que también variedades que hacen que se adapten a lo largo y a lo ancho del país, en toda su variabilidad y mismo materiales que sean resistentes a ciertos herbicidas. Sumado a esto, la posibilidad de negocio que genera este poroto es muy grande.

De esta leguminosa se puede sacar el propio grano, el poroto, como también los aceites que se le pueden extraer y que tienen un alto valor, en conjunto con sus co-productos como son la harina y el expeller de soja. Todos estos productos y subproductos son muy reconocidos a la hora de pensar en la alimentación de los animales, no solo en la ganadería sino que también para la producción de chanchos, pollos, etc.

El protagonista de todo y hacia donde están todos los cañones apuntando a la hora de sembrar y cosechar, es en el grano, separado de la vaina, ya que tiene la mayor concentración de energía, aceite y proteínas de alto valor biológico, de toda la planta.

Al poroto cuando es destinado a la producción animal por lo general se lo mezcla junto con la semilla de algodón, entre otros insumos, ya que a diferencia de esta última, lo que no tiene es lo que se llama fibra efectiva, lo cual hace, que muchas veces, se lo deba trabajar previamente y cortarlo para que tenga mayor superficie de ataque en el rumen de la vaca y pueda digerirlo y aprovecharlo de una mejor manera.

Este laboreo previo se lo debe hacer sí o sí si se está hablando de terneros chicos que todavía no tengan el rumen desarrollado completamente, en el caso de animales adultos en donde esté desarrollado su rumen en un cien por ciento funcional, dárselo entero no traería inconvenientes, siempre  y cuando se lo dé de una manera racional y no se sobrepase el límite recomendado en cuanto a cantidad.

Las cantidades máximas de suministro de grano de soja en términos generales, y lo que se recomienda, es que no supere el veinte por ciento de la materia seca de la fórmula de la dieta en su totalidad, independientemente de la necesidad que tengan los animales en cuanto a niveles energéticos y proteicos.

Al igual que cualquier otro insumo que no sea pasto o que sea diferente al cual el animal está acostumbrado a comer, se debe tener un periodo de acostumbramiento para que la vaca o la categoría que fuera, pueda asimilarlo como corresponde, y lo que se debe hacer es ir dándole de a poco hasta llegar luego de unos días a la totalidad de lo que se planteó en la dieta.

Es muy importante tener en cuenta este periodo e ir dándoles de a poco, que en términos generales se recomienda que al principio sea el quince por ciento del total que se le va a suministrar en la dieta completa, ya que si no se hace de esta manera el animal puede llegar a tener problemas de salud y mismo digestivos que hagan que a futuro produzca de una manera ineficiente y se convierta en un animal de descarte.

Además del alto contenido de proteína ruta  que tiene la soja, que es alrededor de un treinta por ciento, tiene un alto grado de  degradabilidad en el rumen de las vacas, haciendo que sea una proteína más bien pasante y eso no es bueno ya que la idea es aprovecharla al máximo posible. Para mejorar esta degradabilidad lo que sea hace es una suerte de tostado del grano, que es llevarlo a un horno que llegue a una temperatura de ciento treinta grados centígrados aproximadamente, haciendo que la degradabilidad pase de ser de un setenta y cinco por ciento aproximadamente a un cuarenta y cinco; lo cual hace que sea aprovechada de una mejor manera.

Como se comentó anteriormente, si el foco del grano está puesto en ser un suplemento para categorías jóvenes, como son los terneros y las terneras, antes de suministrar lo que se debe hacer es desactivarlo. Cuando el grano está tal cual se lo cosechó, tiene algunos elementos que no son favorables para estas categorías que no tienen el rumen desarrollado y no cumplen con las funciones rumiantes de manera correcta, es por eso, que calentarlo de la misma manera que se comentó anteriormente, sumado a un quebrado, va a hacer que esta categoría lo aproveche correctamente y exprese el potencial del material.

Autor:

Piero Montelli

Director Gr-Global | Productor Ganadero

pm@gr-global.com.ar