La cadena productiva de la ganadería argentina comienza en el primer eslabón que es la producción de la cría. Una vez que la vaca pario un ternero o una ternera, los mismos deben ser criados para su próxima etapa.
En el caso de las terneras, por lo general su destino suele ser, dependiendo de la situación del país y de la del productor, a fines reproductivos. Después de desarrollarse y llegar a los estándares determinados para poder gestar un ternero, se la va a entorar para quedar preñada y parir un ternero o ternera para seguir con la cadena productiva.
Por otro lado los terneros tienen dos caminos. Por un lado ser destinados a ser reproductores bajo la categoría de toros, siempre y cuando se los considere que tiene cualidades genéticas que uno quiera expresar en su rodeo para mejorarlo futuro, o por otro lado, para engorde y consumo humano.
No solo los terneros son destinados a consumo, sino que en algunos casos también lo son las hembras, pero por lo general, lo que más se consumen son los machos, por lo nombrado anteriormente. Esto se debe a que un solo macho tiene la capacidad de preñar a muchas hembras, por ende a niveles productivos, a campo y en pie, se necesitan más vacas que toros.
Esta etapa productiva que procede a la cría, en donde el fin productivo no es generar un ternero sino mas bien engordarlo y aumentarle el peso, se lo denomina invernada.
Estos sistemas de invernada o de engorde pueden ser simplemente a base de pasto, que tiene sus pros y sus contras, pueden ser también a base de pasto y con alguna suplementacion estratégica a lo largo del periodo productivo, o solamente con suplementacion y un encierre a corral, conocido como feedlot.
En los sistemas donde la base pura de la dieta es el pasto el manejo y la eficiencia del uso del pasto es clave. Conocer perfectamente el crecimiento de las especies que uno está manejando para manejar de manera correcta la cadena forrajera es algo fundamental.
Junto a estas cuestiones el manejo de la carga animal por hectárea, en conjunto con el sistema de pastoreo que se está utilizando, va a definir la cantidad de kilos convertidos en carne por hectárea, ya que la calidad y la cantidad de los pastos va a estar atada al manejo de todos estos conceptos.
No solo las variables que el hombre puede manejar son las que definen la productividad sino que también el ambiente en el cual está trabajando afecta a la producción. Si es verdad que uno puede inferir en mejorar esas condiciones, pero debe producir en conjunto con ellas y no en contra. Esto quiere decir que no hay mejor estrategia que conocer las condiciones en las que uno está trabajando y adaptar su sistema al lugar, y no el lugar al sistema.
Las condiciones climáticas de humedad, temperatura, viento, lluvias, radiación solar, la distancia que se puede tener al agua, como la calidad de la misma, la topografía y demás son algunos conceptos a los cuales se le deben prestar atención en función de lo nombrado anteriormente.
Las limitantes en estos sistemas de invernada de dietas que son exclusivamente a pasto pueden ser cuantitativas o cualitativas. Cuantitativas respecto a la oferta de pasto que el campo ofrece por hectárea y los kilos de materia seca que están disponibles para los animales. Cualitativos hace referencia a la calidad de esos pastos y su conformación y estadio. No solo su balance nutricional sino que también su composición porcentual de fibra para que el mismo sea digerido.
La variable que mas hace ruido en este sistema es la carga animal por hectárea. Esto significa cuantos animales comen en el campo.
Cuando la carga es baja, y uno tiene pocos animales en unidad de superficie, lo que se tiende a pensar automáticamente es que ese animal tiene mucho pasto disponible para él, con una gran capacidad de selección. Es lógico que ese animal elija lo mejor, y por ende, que su ganancia de peso sea muy buena. Esto a priori, se puede pensar como algo bueno para la producción.
En contra partida a esto, cuando la carga animal es muy alta, los animales no pueden seleccionar que pasto comer, y por un tema natural de competencia van a comer todo lo que puedan, sin importar que. Esto hace que la ganancia por individuo, por un tema de calidad sea menor que en el caso anterior.
Si uno hace un análisis general de estas situaciones a la hora de decidir si usar altas cargas o bajas cargas se deben tener en cuenta varias cuestiones, y tener una mirada más global del rodeo y no la individual. El productor no se debe olvidar que está produciendo kilos de carne totales por hectárea y no individuales por animal.
En el primer caso de bajas cargas, si bien esta a la vista que la ganancia de peso individual es mayor por lo nombrado anteriormente, la selectividad del pasto que el animal consume afecta, por un lado a la eficiencia de cosecha ya que deja de lado lo que no quiere, y por otro a la calidad futura de la pastura.
La calidad futura está afectada directamente por que el animal al cosechar los pastos que le resultan mas palatables y nutritivos, le da lugar a las plantas no deseadas a que se reproduzcan y crezcan sin competitividad hasta tal punto, que la planta que la vaca quería, y que más eficiente a la hora de convertir carne era, no este mas. Esto lleva a pensar a que un sistema así tiene fecha de vencimiento.
En el caso de altas cargas, si bien la ganancia individual por animal es menor, al haber más animales en una hectárea, cuando uno multiplica la “poca” ganancia individual por la cantidad de individuos, resulta que en el resultado global en cuanto a kilos producidos, en esa hectárea, es mayor que en el primer caso.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
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