Como son los bañaderos que se usan en la producción ganadera y para qué sirve cada una de sus partes

Los bañadores son estructuras que se encuentran en algunos campos de producción ganadera de nuestro país que tienen la funcionalidad, como bien dice su nombre, de bañar a los animales con el fin de curarlos o prevenir una enfermedad.

Se necesita que el lugar por donde el animal pasa y se hace esa suerte de baño de inmersión, tenga aproximadamente diez mil litros.

Este tipo de estructuras es importante que estén en un lugar determinado del campo y no en cualquier potrero:

-tiene que estar en un lugar donde sea cómodo para que se haga de la manera más fácil y con el menor movimiento de la hacienda posible, como por ejemplo, en un lugar céntrico de donde los bovinos pastorean.

-debe llegar el agua para poder rellenar las bañaderas de una manera fácil y sin que sea engorroso para el personal tener que llenarla.

-los caminos de salida del post baño deben tener la capacidad de estar firmes para que luego del baño, en donde salen los animales mojados, no se genere un barrial.

-debe estar en un lugar en donde el terreno se encuentra en altura para que el agua pueda escurrir y no se encharque el área de trabajo. A su vez, para que se pueda desagotar la bañera sin ningún tipo de problema y el agua pueda irse por gravedad y no se necesite una bomba para vaciarla.

-el suelo en donde se elija hacer los pozos para hacer las paredes deben ser analizados previamente ya que existe en muchos casos, la posibilidad de que, debido a la operativa de este tipo de trabajos, las paredes del bañadero terminen desmoronándose con el paso del tiempo.

Es importante también que en la zona donde uno elija establecerlo debe tener la posibilidad y el lugar necesario para hacer corrales donde se puedan encerrar a los animales para manipularlos.

Estos corrales están compuestos básicamente, como esencial, de un corral de entrada en donde se reciben a los bovinos, un embudo en donde los animales puedan desembocar efectivamente en la bañadera y luego otro corral que reciba a los animales ya bañados.

No deben ser muy grandes para poder trabajar al ganado en grupo. Deben tener el tamaño suficiente como para trabajar con sesenta animales como máximo a la vez y que preferentemente sean en sus dimensiones más largos que anchos con ángulos abiertos para evitar que los animales se aprieten en las esquinas y tengan la posibilidad o de golpearse, o de escaparse.

De ser posible, tanto el embudo por donde el ganado va a entrar a como el piso del propio baño de inmersión deben ser de un material firme, como puede ser cemento. Esto por un lado es para que no se resbalen cuando caminan y se genere un barro que dificulte el avanzar, sino que también para evitar que el barro que se les pega en las pezuñas, sea arrastrado hasta el baño y ensucie de manera excesiva el agua tratada.

A su vez, estos corrales y la manga de entrada, tienen que tener, la manga, diez metros de largo para que el trabajo sea prolijo y los animales no se amontonen unos con los otros, y también deben tener tranqueras que se abran de manera fácil, tanto a la entrada como a la salida, para poder trabajar en sub grupos, apartarlos y frenar el trabajo por si algo sucediese.

Si existiese la posibilidad, una buena opción es hacer dentro de la misma manga tranqueras auxiliares o secundarias que permitan hacer otros trabajos como pueden ser la vacunación o el tacto, y que no quede explícitamente limitada para el tratamiento hídrico.

Algunos establecimientos para evitar lo nombrado anteriormente respecto al barro adherido a las pezuñas que pueden contaminar el agua con el cual se trata al ganado, es hacer como una suerte de pileta de 35 centímetros de profundidad entre el embudo y la propia bañadera, para que antes de entrar al gua, con el caminar y por fuerza centrifuga del movimiento, se les vaya el excedente de mugre que tienen en las patas y manos y entren lo más limpios posibles al baño.

Esto no se realiza en todos los campos ya que depende de cómo están conformados los suelos del lugar. Cuando los suelos son más bien arenosos,  esta estrategia de poner el “lava patas y manos” después del embudo, resulta muy efectivo ya que la arena sale muy fácil con el actuar del agua. Distinto es el panorama en los establecimientos en donde los suelos predominantes son arcillosos, ya que el agua no tiene el poder de disolverlo tan fácilmente a este elemento y para que sea realmente efectivo, necesita además, algo que roce la superficie para que se suelte.

Luego de la manga y el embudo, está el baño de inmersión que se encuentra a desnivel respecto a esto; se encuentra por debajo respecto a la altura y tiene a la entrada una rampa hacia abajo, y a la salida, una rampa hacia arriba.

Antes de esa rampa donde el animal se zambulle, debe haber una tranquera para poder evitar que una vaca o un novillo, o la categoría que fuere, salte arriba del otro y genere lesiones y enlentezca el trabajo.

Esta primer rampa tiene aproximadamente un largo de dos metros y tiene que tener una forma en los costados determinada para que las olas que genera el propio salto no haga que se pierda todo el agua y salga por fuera, sino mas bien que se quede en el lugar.

Aproximadamente estas paredes tienen una altura de un metro ochenta y tienen que ser tan largas como lo es la bañadera para que los animales no vean hacia los costados, se asusten y se queden quietos. De esta manera avanzan hasta el final a la rampa de salida.

Esta rampa de salida tiene una inclinación que es más pronunciada que la de entrada para que la velocidad con la que salen los animales, ayudados con la propia gravedad, el agua se escurra lo mayor posible del animal.

Autor:

Piero Montelli

Director Gr-Global | Productor Ganadero

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