Agua en bovinos: cantidad y calidad

Todos sabemos la importancia del agua y lo esencial que es para la vida tanto de los animales como de las plantas, siendo el elemento que predomina en la composición de cada uno de nuestros cuerpos y a su vez, el que más funcionalidades tiene.

Como todo elemento clave para el desarrollo, es importante tener a disposición no solo cantidad, sino también calidad. 

Particularmente en el sector agropecuario, el agua es un protagonista de todos los días, es inevitable que entre los productores o vecinos de los campos, cada vez que se ven, se pregunten ¿Cuánto te llovió?¿Como vienen de agua? Esta seco, vendría bien una lluviecita…

Esto es porque el agua es uno de los factores que quienes producen no pueden manejar y queda a la buena de Dios, y está íntimamente ligado a la producción. En el caso de la agricultura se necesita la cantidad suficiente de agua para poder tener una buena cosecha y que los rindes sean rentables, pero en el caso de la ganadería, el agua cumple dos roles. Por un lado, es clave para que haya un buen crecimiento de los pastos y que puedan recuperarse de manera correcta y que vuelvan a ser pastoreados lo antes posible, y por otro, y un tema no menor, es para darles de tomar a los animales.

El agua cumple las funciones de transporte de elementos dentro del organismo, ayuda a la digestión y absorción de los alimentos y tiene un rol muy importante en la regulación de la temperatura del animal y de la producción de leche. La tarea de regular la temperatura del animal es algo clave que está fuertemente ligado a la eficiencia de conversión de carne. Una vaca, un ternero o un novillo que tiene que estabilizar su temperatura, gasta esa energía en hacerlo y no en convertirla en el producto que uno está buscando (carne o leche). De ahí proviene la importancia de darle agua fresca al rodeo además de para su bienestar.

En el caso de la ganadería, es importante conocer la calidad del agua que uno le está proporcionando a su rodeo, ya que no solo puede tener elementos tóxicos que compliquen su metabolismo, sino que también pueden llegar a consumir elementos que tengan la capacidad de transmitírselo a los seres humanos a través de su consumo. Esto se da principalmente en la leche, la cual está muy ligada con el agua tanto desde el punto de vista biológico como químico.

El agua que se le provee a la hacienda por lo general es agua subterránea que es extraída por medio de un molino a viento y almacenada en tanques o bebederos, que actúan como reservorio y a su vez como subministro. Estos tienen una boya que oscila y a medida que baja el nivel automáticamente el molino va rellenándolo para no quedar vacio y corta el llenado cuando la boya sube, y genera una suerte de tapón en la cañería que hace que deje de salir el fluido. Es una de las tareas claves de los recorredores en los campos y algo que tiene muy asimilado quien anda en esta actividad, en ver de reojo el correcto funcionamiento del molino y el estado de nivel del bebedero.

La calidad del agua subterránea no es siempre la misma, y puede ser distinta en los campos por diferentes motivos. La contaminación y el mal manejo de la extracción puede ser uno de los motivos fundamentales de esto. La contaminación no solo es por causa del hombre, sino que a veces, por cuestiones naturales, puede haber un cambio en la estructuración del suelo y movimiento de sedimentos o sales que compliquen el uso.

El mal manejo de los efluentes y el exceso, a veces, de utilización de agroquímicos, hacen que también los reservorios subterráneos se vean afectados por los procesos de infiltración y genere que el agua de los acuíferos no sea la mejor. Por lo general los nitratos son los elementos que más están asociados con esta problemática. Estos procesos que afectan al recurso, no solo afectan a la calidad sino que también pueden llegar a afectar la cantidad y los volúmenes de flujo.

Las sales son la variable clave a la hora de analizar y ver la viabilidad del agua para el consumo de los animales. Para saber su cantidad o presencia se tiene en cuenta cuantos gramos hay en un litro de agua.

Valores menores a un gramo expresan un agua de excelente calidad, mientras que entre uno y cinco gramos, a pesar de ser buenos valores, pueden generar malestares en animales que no están acostumbrados a consumir este tipo de agua. Entre cinco y siete gramos es recomendable no proporcionársela a vacas preñadas, mientras que valores mayores a siete gramos por litro hacen que el uso sea muy limitado. Cuando se exceden los diez gramos, no es recomendable ya que los riesgos de mortandad en todas las categorías es muy grande.

Es sabido que con el agua, al igual que con el alimento, el consumo baja a medida que baja su calidad. Durante la preñez, la vaca se pone más pretenciosa con la calidad y su tolerancia para con esta disminuye. Cuantas más sales tiene el agua, el animal tiende a consumir menos pasto.

Hay que tener en cuenta que el agua que uno tiene de reserva en los tanques antes mencionados, no es la misma que el agua subterránea. Cuando uno la extrae por medio del molino y la expone al medio ambiente en esos tanques, se genera el proceso de evaporación y la concentración de gramos por litro no es la misma que al principio del proceso, ya que las sales no se evaporan y quedan diluidas en menor cantidad de agua. Es por eso que es muy importante renovar de manera periódica el contenido de esos bebederos, vaciándolos y llenándolos nuevamente cuando uno lo considere.

Otra estrategia para que esto no suceda, es poner una media sombra para que haya menor incidencia del sol, por ende menor evaporación y así poder conservarla de la manera más original posible y fresca.

Autor:

Piero Montelli

Director Gr-Global | Productor Ganadero

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