Es muy importante que las vacas de cría tengan la capacidad de producir la cantidad de leche suficiente como para poder brindarle todas los nutrientes y requerimientos que el ternero y la ternera tienen a la hora de nacer.
Esta producción no debe ser ni mayor ni menor a lo necesario, ya que en el primer caso va a hacer que se produzca un ternero mal desarrollado con incapacidad de expresar su potencialidad, y en el segundo caso, genera un mal uso de la energía y a su vez, puede generar enfermedades por acumulación de la leche, ya que el ternero no tiene la capacidad de consumirla toda, o de generar un empacho en el animal.
Un parámetro para poder determinar la capacidad materna de una vaca es el peso que tienen sus terneros al nacer. Se debe tener en cuenta que la vaca tiene la responsabilidad de darle al ternero el ambiente necesario, no solo durante la gestación, sino que también durante el periodo de post parto hasta que el ternero se haya destetado por completo y no dependa de la misma para seguir desarrollándose.
Hay que tener en cuenta que a niveles genéticos, la capacidad de crecimiento que tiene, en este caso, una ternera, nada tiene que ver con la capacidad que tiene de generar leche. Son características de heredabilidad independiente, lo que nos hace pensar, que es una buena excusa, a la hora de seleccionar animales, también tener en cuenta este punto.
Muchas veces se tiende a poner el foco nada más en el crecimiento o la potencialidad del mismo, pero no se tiene en cuenta que si no tiene el alimento suficiente, esa característica se ve totalmente limitada.
Como se comentaba anteriormente, la producción de leche no debe estar ni por debajo, ni por arriba de los umbrales necesarios. Aproximadamente una vaca en los últimos meses de lactancia tiene que producir más o menos cinco litros de leche por día.
Mayor producción hace que la eficiencia energética sea muy baja ya que el proceso en la conversión de leche en carne, demanda mucha energía, ya que el pasto primero necesita convertirse en leche por parte de la vaca, y luego esa leche, en el ternero, debe convertirse en carne.
Al final de este proceso, por las mermas que hay en este doble proceso, el ternero aprovecha solamente el diez por ciento de toda la energía de la pastura que se consumió para producir ese kilo de carne.
Si bien los destetes tradicionales suelen hacerse a los ocho meses de paridos aproximadamente, se considera que un ternero o una ternera luego de los dos meses de edad pueden vivir y desarrollarse tranquilamente sin la necesidad de mamar, y poder tener una dieta únicamente a pasto.
No sucede lo mismo antes de esa edad. En el primer mes el ternero depende si o si de mamar de la madre y de todos los nutrientes que la misma puede brindarle en este periodo. La cantidad que consumen está ligada a su peso, y aproximadamente necesitan el once por ciento de su peso vivo. En promedio, dependiendo de muchísimas variables, un ternero pesa treinta kilos al nacer, lo que significaría que por día consume un total aproximado de 3,3 litros diarios.
A medida que el ternero va creciendo y desarrollándose la dependencia de la leche disminuye notablemente, generándose un periodo de acostumbramiento con una dieta basada en parte con leche y en parte con pasto.
Lo mismo sucede con el habito de ir a mamar; a medida que crece la cantidad de veces que se acerca a la vaca para amamantarse es menor que al principio, el ternero se vuelve menos dependiente, explorando y tomando el hábito de buscar su propio alimento, aunque siga dependiendo de la vaca y estando cerca de ella.
El mamar del ternero no tiene un horario específico que se cumple a rajatabla pero sí en términos generales, hay períodos durante el día, en los cuales tiende a mamar más que otros.
A la madrugada, cuando recién está saliendo el sol, tienden a mamar mucho ya que es el momento en el que luego la vaca empieza a pastorear. Pasado ese periodo de pastoreo y de rumeo por parte de la vaca, cerca del mediodía, el ternero vuelve a tener un pico de amamantamiento, y luego de la tardecita, cuando cae el sol, que es el otro momento en el cual las vacas hacen su mayor pastoreo, el ternero vuelve a amamantar con una mayor voracidad.
Puede suceder que por la noche también el ternero se le dé por mamar.
Es importante que el ternero se desarrolle correctamente para esta etapa ya que debe crecer fisiológicamente lo necesario para poder consumir el forraje suficiente, y digerirlo, teniendo la capacidad de cumplir con todos su requerimientos nutritivos.
Esto nos da la pauta que no solo es importante la cantidad de litros que la vaca produce, sino también la calidad de la leche y el contenido nutricional y proteico de la misma. Una dieta bien balanceada es clave para que esto suceda. Cuando se habla de bien balanceada, quiere decir que no sea excesiva, ya que las hembras tienen a las ubres, con la funcionalidad no solo de depositar la leche, sino que también como una forma de reserva de la grasa. Esto quiere decir que un excesivo consumo, trae una excesiva reserva de grasa en las ubres y esto puede traer aparejado una obstrucción en la capacidad de flujo de la leche.
Todos estos requerimientos de cantidad y calidad de la leche que es producida por parte de la vaca para cumplir los requerimientos de los terneros, no tiene una receta específica y depende mucho de los animales que se estén criando, su raza, el ambiente en el cual se están produciendo, el tipo de manejo con los cuales se los está manejando y las posibilidades dietarias y económicas que el productor tiene para defender su producción.
Autor:
Director Gr-Global | Productor Ganadero
pm@gr-global.com.ar